En días en que #WhyPinkFLoyd es tendencia, con la gira The
Wall puesta sobre nuevos cimientos a manos de Roger Waters, (que tiene
fecha para marzo 2012 en esta larga y angosta faja), y con generaciones de
seguidores convertidos en miembros de un culto, la trascendencia de Pink Floyd supervive a sus miembros.
Aquel viejo y querido tío que se preocupaba de las orejas de
su sobrino, y que siempre traía un disco para navidad o un cumpleaños, cierto
día apareció con la edición en dos casetes
de The Wall, en una fascinante caja especial que contenía un librito con el
arte de la obra.
Confundido con tanta información, y con el formato en una
caja que más le correspondía a un VHS,
me tomé un buen rato para disfrutar de las imágenes y la cajita, antes de meter
la cinta en el equipo. Si la memoria no me falla, es la primera vez que tenía
un casete cuya entrega superara la caja con la carátula impresa por fuera con
el tracklist en monocromo por dentro.
Al momento de presionar play en ese equipo plateado, y que
pasara el ssssssssssssssss, característico de todos los casetes (para los que
no los conocen), la ansiedad por descubrir la relación entre los dibujos de Gerald Scarfe y lo que
iba a sonar, era gigante.
Lado1, Casete 1: In The Flesh?
Creo que cada vez que escucho este tema, en cualquiera de
sus versiones, me erizo de la misma forma que aquella vez.
Sin tener comprensión en esos años de qué decían las letras,
por no saber inglés, y por la edad en general, tenía la sensación de poder
comprenderlo. La sensación de rebeldía en el fraseo, la desazón de Waters, los
traumas. Creo que fue la primera vez en que pude comprender una ópera, porque
por si no lo sabe, The Wall es una ópera.
Ni hablar del día que en Televisión Nacional dieron la
película. Me recuerdo pegado contra el respaldo, viendo con espanto el horror de lo
personificado en Pink, todos los males que hoy puedo ver con mucha más claridad.
Me pregunto si a los encargados de la censura de aquellos
años, esta película se les pasó por falta de comprensión, o por una omisión "involuntaria" de alguien con más conciencia de lo habitual en el aparato represor.
La orquesta de Pink Floyd envuelve las letras de Waters, con
la eficiencia de un cartel en días de protesta. De hecho, siempre que miro las
imágenes de las protestas por la crisis de la educación, me suena este disco
como perfecta banda sonora.
En 1985 se inicia el proceso de divorcio entre Waters y Pink
Floyd, que conlleva la batalla legal por la casa y la custodia de los hijos,
sin embargo, la obra les trasciende. No sé si habrá sido a causa de esto, pero
recuerdo haber visto la carátula del disco titulada “Roger Water’s The Wall”.
Cuando se demolió el muro de Berlín, se realizó una
celebración a cargo del Maestro Waters, junto a un grupo de otros artistas,
dándole por primera vez vida a la puesta en escena de The Wall, después de la
cancelación de la gira original. Anteriormente se hicieron conciertos, entre
1980 y 1981, que debieron cancelarse debido al enorme costo del montaje, lo que
estaba haciendo aguas en las arcas de la banda.
El próximo Marzo, viene míster Waters con su nueva versión
de The Wall, cortesía del desarrollo tecnológico que permite hacer algo muy
similar a la puesta en escena original, a un costo razonable (para la producción, no para quienes compramos las entradas, por supuesto). Aún así... Nos vemos en el
estadio!
Les dejo The Wall, la película completa, para que la
disfruten Online… juegue!
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