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The Beatles y su sincretismo revolucionario

Ilustración de Roger Hoyos®

Tenían al mundo a sus pies. Todos los músicos que entraban al circuito querían ser como ellos. Eran el fenómeno pop más universal jamás conocido. Eran la superestructura de la música popular.

Desde 1966, cuando The Beatles dejó de realizar giras (básicamente porque ya no podían disfrutar hacer música en vivo por culpa de los gritos de las fans), comenzarían a ir contra del mismo ethos que forjaron por cortos pero extenuantes cuatro años para construir la leyenda y forjar una discografía de excelencia, en base ya no a una fórmula para el éxito, sino que en base a la experimentación y al encuentro con otras manifestaciones culturales que bullían en creatividad. Con este giro, los Beatles le dieron maduración y consolidación al rock como producto artístico, y -como lo describe el académico Fabio Salasa la vez lo despojan de su superficialidad temática y lo encauzan hacia una profundización en los contenidos y formas.

El contexto: mientras EE.UU. comenzaba su guerra absurda contra Vietnam, los ingleses por su parte comienzan a difundir textos más acabados y de un contenido más vivencial en sus canciones. Era la época del Rubber Soul, donde recuperaron el sentido de dirección que habían empezado a perder durante el último período de trabajo de Beatles For Sale (1964) y que, a causa del abuso de la marihuana, casi se evapora durante la era del Help!

Es en este período donde comienza a generarse el fenómeno de sincretismo (sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes) en los Beatles, gracias a un entendimiento gradual de que no tenían porque separar su trabajo profesional de sus vidas internas (una de las marcas más profundas que les dejó su encuentro con Bob Dylan en 1964).

Se tomaron vacaciones -cosa que no ocurría desde 1962- para ocuparse justamente de situaciones más cotidianas y banales. Y también, para absorber ideas e influencias para un nuevo álbum. En esos tiempos de reencuentro y descubrimiento, los músicos de Liverpool profundizaron sus conocimientos de ciertas manifestaciones culturales que les inquietaban: George Harrison se instruía en los conocimientos en la cultura hindú (filosofía, música, religión), Paul McCartney empezaba a estudiar y comprender la música clásica con sus sonatas y sinfonías, y John Lennon exploraba su espacio interior mental con el LSD e indagaba sobre las teorías de las experiencias psicodélicas de Timothy Leary. Todas estas inquietudes se volcaron hacia la profundidad del talento tanto del grupo, como en sus composiciones individuales.

Estas conciliaciones entre los procesos de choque transculturales traerán consigo las llaves de las nuevas propuestas en sonido de la música popular de la segunda mitad del siglo XX. El cruce entre la cultura brit clásica en los Fab4 con el hinduismo, los experimentos psicodélicos alucinógenos (cabe mencionar que en Inglaterra aún no había una subcultura del “ácido” como en EE.UU.), la literatura existencialista, las ideas marxistas y anarquistas, el postmodernismo, y hasta la música docta, generarían innumerables matices tan significativos en sus contrastes como en sus similitudes, y dotarán al catálogo de los Bestles, y de la música popular, una riqueza sin parangón. Para el periodista y escritor Diego Fischerman, los Beatles fueron un “fenómeno anfibio”: mientras sus canciones seguían bailándose, pasándose por la radio y vendiendo millones de unidades, desarrollaban un nivel de sutileza y detallismo en la composición totalmente inéditos en la música pop.


La primera canción en donde se nota la mezcla y la coparticipación de formas culturales generando un resultado integral es ‘Norwegian Wood’ (1966). El primer rasgo característico es su tinte oriental, por el uso del sitar, instrumento de cuerdas de origen hindú, que Harrison ya había escuchado en la banda sonora de Help! (1965), pero que decidirá tocarlo luego de conocer el trabajo del músico Ravi Shankar. Para Lennon, era algo nuevo, pero después de escuchar y sentir los sonidos que se podían sacar (con los sentidos alterados por el LCD) quedó fascinado con el sonido raga (modos melódicos empleados en la música clásica india). En una composición en conjunto con McCartney, el resultado fue una de las mejores canciones del Rubber Soul y predilecta entre los músicos de folk. En cuanto a su letra, Lennon tomaría el espíritu de narraciones burlonas al estilo Bob Dylan.

Música y letra comenzarían a transmutar en sus específicos discursos ya para 1967. Y también lo haría su forma de mostrarse visualmente. La fórmula de Brian Epstein de uniformarlos al estilo de la nouvelle vague francesa de finales de la década del 50 sería historia. Ahora, se dejarían crecer el pelo, usarían barba, vestirían trajes de colores, o bien, la ropa que a cada uno más le gustase. En definitiva, encontraron en los postulados del pop art (del visionario Andy Warhol) el medio para construirse una imagen, un sentido para darle forma a su nuevo espíritu rebelde, algo que también se reflejaría en la preocupación estética del arte de sus álbumes.

The Beatles, cambio look 1963 y 1969

El académico Claude Chastagner sostiene que el arte de un disco es un espacio de ambigüedad y de tensión, entre aspiraciones estéticas, radicalismo crítico y apuestas comerciales. Es un espacio, ínfimo, pero con una capacidad de intriga y poder de seducción. Los Beatles, intuyéndolo o no, desde su disco Revolver fueron marcando pauta del poder y la seducción de una carátula. El caso más evidente, sin duda, es el de la portada del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), encargada a los artistas pop Peter Blake y Jann Haworth, y transformada en la carátula más imitada en el mundo de la música popular.

Blake y Haworth imaginaron un objeto estético, lúdico y de una extraordinaria capacidad comercial y publicitaria, donde se encuentran exhibidos con ostentación, los gustos culturales de Lennon, McCartney, Harrison y Starr, en un gesto que funda y legitima el eclecticismo iconoclasta de la cultura rock y el sincretismo entre las artes musicales y las visuales. William Burroughs, Albert Einstein, Edgar Allan Poe, Fred Astaire, Marlon Brando, Marilyn Monroe, Bob Dylan, Sigmund Freud, Karl Marx, Laurel y Hardy, Karlheinz Stockhausen, George B. Shaw, Shirley Temple, Oscar Wilde… son algunos nombres que desfilan por la carátula, todos personajes públicos de diversas ramas artísticas, culturales, académicas, de las ciencias sociales; todos, transformados en memorabilia rockera luego de este guiño.


Con los discos: Revolver (1966), Sgt. Pepper’s… (1967), Magical Mystery Tour (1967), The Beatles (1968) y Abbey Road (1969) los Beatles llegarían a un techo imposible de superar, siendo Sgt. Pepper el cenit del proceso, contextualmente. ¿Las razones? Su sincretismo es de un resultado exquisito, el primer álbum conceptual indivisible para la industria musical (que tenía la mala praxis de sacar versiones distintas a cada lado del Atlántico), salto en la calidad de producción e innovación en las técnicas de grabación, y una propuesta musical tan abrumadora que llevó a que todos los grupos de rock revisaran sus músicas y planteamientos. Hasta los mismos Rolling Stones intentarían equiparar este trabajo en su Their Satanic Majesties Request a finales de 1967.

El legado de esta discografía esencial para cualquier melómano que se jacte de tal, es que no importa el éxito obtenido, siempre hay que seguir evolucionando; no conformarse con las líneas habituales, sentir el deseo de conocer cosas distintas; tener olfato para rastrear en otras culturas distintas las herramientas para abrir caminos; hacer una reflexión cuando las fórmulas se agotan y tener el coraje para cambiarlas.


Con todo ese abanico de conocimiento, es imposible que no aumente el gozo cuando se escucha, por ejemplo, la hermosa ‘Eleanor Rigby’ con su doble cuarteto de cuerdas, que ya no es sólo un “arreglo”, sino que es algo con tal grado de esencialidad que se hace irremplazable; o no quedar reflexionando en el texto de ‘Tomorrow Never Knows’, con su contenido ideológico profundo, que subvierte su propio mensaje equivalente a la máxima hippie de “estar aquí y ahora” con las ideas vanguardistas y existencialistas que comenzaron a inquietarle a Lennon, y que volcaría de lleno en su discurso, tanto en los Beatles como en su truncada carrera solista; o quedar perplejo ante el desquiciado sonido de 'Helter Skelter', con McCartney dando rienda suelta a su mejor faceta de guitarrista poderoso y arreglador de cosas enormes. 

Este tipo de trabajo es el más claro ejemplo de lo constitutivo e importante que fue la música para los Beatles una vez que absorbieron la característica abstracta, pero real, que distingue a las obras más representativas del arte a través del sincretismo. Le dieron valor a lo estético como un resultado artístico superior, por sobre otros vicios del mundo musical (como el business). Y fueron los primeros en el siempre complejo universo del rock. Otra vez.

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Metallica By Request: un análisis estadístico


El cuarto show de Metallica en nuestro país está marcado por un componente especial que es parte de la gira que la banda realizará en 2014, mientras existen tibias señales de la llegada de un nuevo disco que suceda a “Death Magnetic” de 2008. Este componente ha titulado a la gira 2014 como: “By Request” o “a pedido” si lo traducimos, lo que permitió a los fans chilenos (y los de aquellos países que contempla la gira) votar a través de internet cuales serían 17 de las 23 canciones que la banda interpretará este 27 de Marzo en el Estadio Monumental.

Interesante componente, pero que a pesar de las expectativas creadas, los resultados entregados a principios de Marzo no dejaron conformes a muchos. No podemos decir la gran mayoría, porque entonces como explicamos la votación. La gran mayoría de fans es la que ha “hablado” y ha seleccionado las canciones que escucharemos en el recinto de Macul.

El análisis de las razones da para mucho, versiones hay por montones, tantos como los tipo de fans que compraron su entrada y pudieron votar a través de la web que la banda dispuso para ello. Metallica desde el año 1991 a la fecha ha abierto su mente tanto artística como comercialmente y eso le ha permitido llegar a fans que no son especialmente adeptos de sus primeros discos, quizá por desconocimiento, o quizá porque no han sonado mucho en la mayoría de las radios, que son el vehículo preferido para que la mayoría del publico escuche música en el país (sino como explicamos la alta votación de “Whiskey in the Jar” que estuvo a punto de colarse al setlist y una de las favoritas de Radio Futuro en su parrilla).

Metallica en Chile en 2010.

Pero lo que nos cuestionamos es cuantas de las canciones elegidas ya fueron tocadas antes por la banda en sus 3 anteriores shows, cuyos setlists nunca pasaron de las 20 canciones (sin contar intros, o solos de bajo y guitarra) dentro de un universo para elegir de 137 canciones que componen el repertorio de la banda desde su primer disco, incluyendo covers y canciones no editadas. Por lo que nos dimos el tiempo de analizar estadísticamente los resultados, comparando la historia de shows de la banda en nuestro país y cuyos resultados les compartimos a continuación. 

Setlist de los tres anteriores shows de Metallica en Chile (datos via Setlist.fm)

De esas 137 canciones, en sus conciertos del año 1993, 1999 y 2010 habían sonado 32 (un 23,18%), mayoritariamente de 3 discos: Metallica (Black Album), con 7; Ride the Lightning  y Master Of Puppets con 4. Nunca ha sonado una canción de St. Anger en nuestras tierras (y no nos quita el sueño). Las que más se han repetido, es decir, han sonado en los 3 shows de la banda en Santiago, son 5, las cuales todas están dentro de las elegidas por la votación popular, cuyos porcentajes de votación se muestran entre paréntesis y su lugar en la misma: 

Master of Puppets (1º / 68%)
Enter Sandman (4º/ 54%)
Sad But True (10º / 44%)
Creeping Death (12º / 44%)
For Whom the Bell Tolls (15º / 42%)

Los discos de estas canciones son los mismos 3 mayoritarios. De las 12 canciones restantes, 8 ya han sido interpretadas por la banda en sus pasos por la Pista Atlética, el Velódromo o el Club Hipico, según sigue:

2 VECES 
One (2º / 65%)
Fade to Black (3º/ 56%)
Battery ( 5º/ 52%)
Seek & Destroy (6º / 50%)
Nothing Else Matters (8º / 47%)

1 VEZ
The Unforgiven (9º / 45%)
Welcome Home (Sanitarium) (16º / 42%)

Fuel (17º / 38%)



Todo esto nos deja con sólo 4 canciones escogidas que serán la novedad del show de la banda en el Monumental, que nunca han sonado en Chile y que son de 3 clásicos discos.


… And Justice for All  (7º / 48%)
Ride The Lightning (11º / 44%)
Orion (13º / 43%)
Blackened (14º / 42%)


Personalmente me hubiese gustado escuchar más temas inéditos, entendiendo que esa es la alternativa que te da elegir, aquellos clásicos que quedaron lejos en la votación, por ejemplo:  Hit the Lights (23º), The Call Of Ktulu (25º), Damage Inc (28º), Disposable Heroes (29º), Metal Militia (41º) o Lepper Messiah (50º). Recién en el lugar 60 aparece una canción de St. Anger, disco que no muestra presencias en escenarios nacionales, con “Frantic”. La canción con menos votación fue “Poor Twisted Me” de Load con 25 votos.

En cuanto a la presencia por disco de las 17 elegidas, tenemos 4 presencias de ..And Justice for All, Ride the Lightning y el Black Album, 3 de Master Of Puppets y 1 de Kill’em All y ReLoad.

La votación es un buen ejercicio, analizable desde múltiples aristas, pero que viene a reflejar que las canciones más populares son aquellas que las mismas radios y los sellos se han encargado de difundir. Esto se puede ver reflejado en las estadísticas de servicios de streaming como Grooveshark o LastFM. No es que el fanático chileno sea exclusivamente consumidor de hits, sino que es una tendencia que estadísticamente la podemos encontrar y respaldar con el fenómeno de la masividad. Si la banda tuviese un publico más reducido, a lo mejor hubiese sido más selectivo y analítico al momento de la elección, pero la suerte ya está echada, el resto "a la FIFA".


Fuentes:
- Resultados Oficiales Metallica By Request Chile 2014

- Vía Setlist.fm, los listados de canciones interpretadas por Metallica en:
 1993, Velódromo Estadio Nacional
 1999, Pista Atlética Estadio Nacional
 2010, Club Hípico de Santiago.



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SecondSpin: discos usados a bajo costo


La oferta para comprar discos físicos en Santiago no es mucha, cada vez menos en realidad si consideramos el reciente cierre de FeriaMix, ex Feria del Disco, que a decir verdad tampoco era una buena opción en variedad de su catálogo ni en sus precios. Acá en +R les hemos mostrado variadas alternativas para encontrar CD’s como el Persa Bio-Bio o las tiendas sobrevivientes del Centro de Santiago, por lo que ahora ampliaremos este espectro al tema de los encargos de discos vía internet con una muy buena alternativa para adquirir CD's casi nuevos a precios muy convenientes.

A partir de una mala experiencia en mi primera compra con una tienda online PopMarket, en la búsqueda de alternativas encontré la web de SecondSpin, cuyo negocio es comprar y vender discos usados. La web existe desde 1996, cuya cuna está en la ciudad de Shepherdsville, Kentucky, Estados Unidos. En 1998 abrieron su primera tienda física en California y a la fecha cuentan con 3 sucursales más. Los discos los obtienen, según cuentan en su web, a partir de un sistema de compraventa por internet, tiendas y vendedores particulares alrededor de EE.UU., lo que les permite tener una gran variedad en cuanto a estilos y discos. 

El hecho de que sean discos usados a primera vista puede levantar suspicacias y podemos creer que sean productos de segunda mano o que estén en mal estado, lo cual no es así, ya que la empresa posee un estricto control de calidad que permite detectar fallas en los productos en un 99% de los casos, lo cual hemos comprobado personalmente luego de realizar algunos encargos. También poseen una política de garantía en la que puedes solicitar que te reembolsen dinero en caso de que exista un error con el pedido o que recibas un producto en malas condiciones.

El catalogo en general es bastante amplio y variado, donde podemos encontrar desde singles, ediciones especiales o muy raras de encontrar, como el ‘Salival’ de Tool, el primer disco de Queens Of The Stone Age, o las ediciones rojas y negra del ‘White Pony’ de Deftones,  y discos cuyos costos van desde los 0,99 dolares ($ 500 pesos chilenos aprox.). También tienen ofertas de Películas y Juegos para consolas.



¿Cómo Funciona?

1. En primer lugar, para acceder a su catálogo entramos en la web www.secondspin.com, allí podemos encontrar en la parte superior una barra de búsqueda en la que podemos hacer el ejercicio, por ejemplo, de buscar un disco que nos sea difícil de encontrar, como en mi caso fue algo de Eleven, la antigua banda de Alain Johaness y Natasha Schneider.

 (Captura de la web de Marzo de 2014)

2. Si encontramos algo que nos guste, las agregamos al carro y una vez que tenemos nuestro pedido listo, le damos a “Checkout”, donde nos pedirán los datos para realizar la compra.

3. Para comprar es necesario crear una cuenta de usuario en el sitio, ingresar nuestros datos de Tarjeta de Crédito (Visa o Mastercard), y los datos de donde queremos recibir nuestro pedido. El costo de envío a Chile es siempre fijo de 7,99 dolares (cerca de $4.000 pesos chilenos) y lo puedes pedir directamente a tu casa, el cual llega a través de Correos de Chile, pero sin posibilidad de rastrear el despacho.

4. Los pedidos se demoran en llegar entre 4 a 7 semanas generalmente, por lo que hay que tener paciencia. El pedido puede llegar en un paquete como el de la imagen.

5. Si compras CD’s en edición normal, es decir, no Digipak, estos generalmente vienen sin las cajas de plástico para reducir el peso del envío.


6. Para resolver eso y no tener tus discos sueltos, existen algunas tiendas donde aún se pueden comprar estas cajas de CD en todos sus formatos: transparentes simples, dobles, o con la parte interior negra.

Estas cajas las pueden encontrar en:
- Tienda Norte&Sur, Local 3 en la Galería Zona Franca del Metro Los Leones, Providencia.
- Galerías de San Diego.
- Persa Bío Bio, en el Galpón que está llegando a calle Bío-Bío con Victor Manuel.

7. Finalmente, el CD queda como nuevo, como pueden ver la calidad de las caratulas, el librillo y el disco, con su caja como corresponde.


8. También se pueden conseguir ediciones en formato Digipak, las que también tienen una buena calidad .

9. Como recomendación, para evitar eventuales gastos de aduana, los pedidos que realicen deben hacerlos hasta un tope de 50 dolares.
Cada cierto tiempo, en los perfiles de Secondspin en Facebook y Twitter se anuncian ofertas especiales, como 20% de descuento, lleve 4 pague 3 o similares, por lo que hay que estar atentos a esos anuncios.

Esperamos que esta guía les sea útil y puedan aumentar o completar su colección de discos a través de esta alternativa y luego comentarnos sus experiencias.



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Rock en Crisis: está muriendo el rock?



‘This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend, the end 
Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands, the end…’
The End, The Doors

Comencemos en el lugar más obvio: El Fin.

El fin, al parecer, está cerca. “Es extraño en la cultura del rock en estos momentos” señaló Boby Gillespie de Primal Scream en una reseña de los show de BBC4 en diciembre pasado. “Está casi muerto, yo creo. Ya no hay más”. Ian Astbury de The Cult mientras tanto, decidió que el álbum también había llegado al final de su ciclo. Remontándose a los 2 EP’s que su banda lanzó en 2010 (Capsule 1 y 2), el señaló a Rolling Stone el mes pasado que prefería hacer eso de nuevo que lanzar un nuevo álbum. El sello inglés de The Cult, Cooking Vinyl, no está tan interesado de todos modos. “A ellos no les interesa la idea de Capsule”, dijo Astbury. “Ellos quieren poner Cd’s en las estanterías. Y yo digo:’¿Qué estanterías?”

“El Rock n’ roll ha muerto” publicaba en su Facebook el bajista original de Buckcherry, Jimmy Ashhurst recientemente, “y nadie está realmente enfadado porque lo tenemos atrapado en una caja y podemos mirarlo cuando queramos”. Ginger Wildheart (The Wildhearts) publicó sentimientos parecidos días después de que se anunciaran los cabezas de cartel del festival Sonisphere. “Pareciera que la música rock finalmente esta en la maquina que hace click” escribió. “La puerta giratoria de los cabeza de cartel de los festivales más meritorios (menos de 10) indica, para mi al menos, que ya dejamos atrás la era del ‘gran rock’”

Las grietas no están apareciendo recién ahora, estas son tan anchas y profundas como las arrugas de Keith Richards. Las leyendas están envejeciendo y, afrontemoslo, muriéndose. En la próxima década, podemos razonablemente esperar ver giras de Bob Dylan (que cumplió 72), los Rolling Stones (integrante mayor con 72 años), Motörhead (Lemmy tiene 68), Lynyrd Skynyrd (Gary Rossington, 62) o ZZ Top (Billy Gibbons, 64)?. ¿Quién llenara los estadios, encabezara los carteles de los festivales y agotará las entradas luego de ellos?

La antigua estructura del negocio de la música (sellos discográficos, distribuidores, tiendas de discos) se esta derrumbando. Musicalmente parece que hay una escasez de ideas, y una gran camada de personas reciclando las ideas antiguas. Las nuevas bandas luchan por encontrar un público. La diversidad de los canales de comunicación se traduce en que, aun cuando sus canciones sean tocadas en las radios, es difícil encontrar una masa critica cualquiera que sustente la creación de una base de fans. Las bandas soporte no pagan, y los sellos no pagan el soporte de una gira (dinero para subsidiar una gira). Y de todos modos, los promotores no querrán tomar un riesgo en una cantidad desconocida, cuando pueden ganar mucho más en un espectáculo de nostalgia.

“Es muy poco probable que toquemos en Estados Unidos con una banda desconocida como teloneros, porque los promotores no permitirán que eso pase” dijo Joe Elliot de Def Leppard, la banda que una vez tuvo como teloneros a unos desconocidos llamados “The Darkness” en su gira norteamericana. “Los promotores quieren que nosotros vayamos con Heart o Poison como teloneros, porque saben que asi venderan más entradas y eso es todo lo que les importa. Al final del día no puedo discutir contra ellos por eso. Tiene sentido, pero no va en beneficio de ninguna banda nueva”

En 2011, el DJ Paul Gambaccini declaró que era “el fin de la era del rock. Se acabó, de la misma manera que la era del jazz se acabó”. Estuvo en lo correcto?


‘Is this the end of the beginning?
Or the beginning of the end?
Losing control or are you winning?
Is your life real or just pretend?’
End Of The Beginning, 
Black Sabbath

La verdad es que no es solamente el rock quien está afrontando estas declaraciones apocalípticas. Cree lo que lees y todo se está yendo a la mierda. En literatura la sentencia de muerte ha sido anunciada para la poesía y la novela – una forma añeja, pasada de moda, según algunos, con tramas y giros de la trama predecibles. Recientemente, la popularidad de los smartphones ha llevado a algunos a clamar por el futuro de la fotografía. (“Es realmente extraño” dijo Antonio Olmos, aclamado y premiado fotografo a The Guardian hace unos meses. “La fotografía nunca fue tan popular… pero la fotografía está muriendo”).

El negocio cinematográfico? El DVD y el Blu-ray están tan condenados como el CD, alejados de Netflix y YouTube, con preocupaciones acerca de que el trabajo en si mismo se ha visto comprometido por formulas y pruebas de cámara. “ Creo que [Hollywood] ha logrado todo lo que alguna vez soño con lograr” dijo el mes pasado el director Terry Gilliam. “El publico ahora parece ser muy tonto. Estan viendo la misma película una y otra vez. Cuando van a ver una película ahora, es casi como que fueran a escuchar una canción pop; tu conoces los ritmos, conoces cuando cambiara el tono, y conoces cuando la explosión llegará… La gente se inclina hacia lo que los vuelve comodos”.

Tu podrías poner toda esta angustia y temor hacia el viejo y simple miedo al cambio. En su libro sobre el pensamiento apocalíptico, “The End Of Time”, Damian Thompson señala: “Existe una escuela de pensamiento que el Mileniarismo [por ej. La creencia en la transformación apocalíptica) siempre emerge del choque de culturas, una tecnológicamente superior a la otra” Y el cambio desde artefactos físicos (en el mundo musical, discos y Cd’s) a digitales (MP3’s, streaming) es ciertamente aquello.

La música rock también esta contra su pasado. Si tu hubieras sido un adolescente en los 70 o los 80, tendrías un par de décadas de historia del rock en la que ‘recorrer’. Los adolescentes ahora tienen 50 años de música para profundizar a través de Spotify, más los nuevos sonidos que vayan descubriendo día a día. Los fans más antiguos de la música tienen suficientes reediciones de lujo y conciertos de reunión para mantenerse ocupados (“Esta es la forma en que el pop muere” escribió el cintifico pop Symon Reynolds. “No con un BANG, pero si con un box set cuyos 4 discos nunca escucharas del todo”). Una suerte de futuro-fobia se ha instalado. El respeto dado a las bandas del pasado es tan grande (y creciente) que las nuevas bandas ahora se sustentan en nada: cómo puedes tu competir con eso?

Mientras la cultura pop solia saltar de una tendencia a la siguiente, en estos días estamos en La Era de Más de Lo Mismo, con las páginas webs que tu visitas almacenando informacion sobre tus gustos y alentándote para que tu tengas, bueno, un poco más de lo mismo. “La gente que compró esto también compró..”, “Si te gusta esto, te gustará esto..”, “Estuviste escuchando esto y porque no escuchas esto?” El resultado: consumidor dirigido al estancamiento.

“The Beatles, The Who y The Kinks – eso ya no está ahora y nunca se repetirá” dijo Noel Gallagher ”A mediados de los noventa, fueron las bandas y un pequeño grupo de fans que tenían propiedad sobre eso. Ahora es el consumidor el que lo conduce, así que la música ira donde quiera que el consumidor demande que vaya. No tendremos otro punk, u otro acid house, u otro Britpop. Es un hecho.

“Porque el consumidor tiene lo que quiere, y el consumidor no sabe una mierda. Si tú le presguntas al consumidor en el medio del prog rock: ‘Que quieres para el próximo año?’ El no te dira ‘ Quiero a Johnny Rotten, está el?”



‘And in the end, the love you take
Is equal to the love you make’
The End, The Beatles


Que significa esto para nosotros, los citados consumidores? Bueno, tu podrias argumentar que nunca estuvimos tan bien. Que ahora es la mejor época para ser un fan de rock – 60 años de rock n’ roll, blues y rock en los que profundizar. Casi todos los discos que hay que tener reeditados y fácilmente disponibles. Vendedores online como eBay y Amazon conectándonos con rarezas que antiguamente eran difíciles de encontrar. Y espectacular nueva música en todos lados. Descargas gratuitas, Spotify, YouTube, Soundcloud y sitios como Noisetrade y Bandcamp – reseñado este mes en la revista- significan que tu puedes probar antes de comprar (si es que acaso compras).

Las nuevas bandas, liberadas de la tiranía de la moda, ya no se conforman con lo que la NME o Kerrang piensan que esta bien, pueden hacer lo que se les ocurra. La influencia de las compañías discográficas ha disminuido. La tentación de un gran dia de paga se ha ido, menos bandas se urgen por la ambición de perseguir un hit o una tendencia, o lanzar un disco imitando el sonido de The Killers, Kings Of Leon o quiensea grande.

Nos estamos moviendo de una cultura de masas a una cultura más individualista y configurable. Los fans de rock pasaron de ser consumidores pasivos de tendencias dictadas por los medios masivos, a personas capaces de configurar sus consumos en la forma que les plazca, mediante playlists y preferencias hechas a mano. Es el siguiente paso lógico – obtuvimos lo que habíamos deseado! El disco de vinilo dictó que escucharamos ciertas canciones por un cierto artista en un cierto orden. Y una vez que te aburriste de eso, el cassette te permitió liberar lo mejor de diferentes discos y mezclarlos en una manera que te permitiera (tu esperabas) impresionar chicas. El CD significo que tu fácilmente podrías saltarte Maxwell’s Silver Hammer o Hats Off To (Roy Harper). 

El mundo digital es solo el siguiente paso. Solo ayer edite juntos dos tracks separados de una banda llamada And So I Watch You From Afar usando Audacity y metiéndolos en un playlist de lo mejor del 2013 que dura 7 horas y 24 minutos, hasta ahora. (Confirmo, si alguna vez lo necesite, que mis días de impresionar a chicas se fueron hace muuucho tiempo). Piensa en prácticamente cualquier canción que tu quieras escuchar y casi instantáneamente agradécele a YouTube. Tu estas conectado directamente a lo que amas - ya sea metal progresivo, stoner rock o surf punk- y completamente capaz de ignorar aquello que no te gusta. (Honestamente no tenia idea de como sonaba One Direction). Entonces digo, donde esta el asunto?

Ilustración por BP Perry.


Bueno, solo quizás, el asunto es algo que aprendimos de los libros de comics: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Si nosotros estamos a cargo, que clase de escena de rock crearemos? Una que es temeraria, de mente abierta, progresiva y excitante? O una que está viciada, instrospectiva y sospechosa? Porque el rock no está muriendo, solo está cambiando. En que está cambiando, nadie lo sabe realmente. La internet ya se aburrió de confundirnos y cambiando la forma en que descubrimos música.

Parece plausible que el futuro tendrá menos grandes actos, pero es igualmente equivalente que esas grandes bandas de crossover serán las que escuchemos y veamos en la cabeza de los grandes festivales. En el 2011, de todos los MP3 vendidos individualmente en línea, el 74% vendió menos de 10 copias cada uno, mientras el 15% del total de ingresos vino del 0,00001% de canciones. En algún punto entre el 74% y el 0.00001% tenemos que encontrar un negocio que funcione para todos.

Ginger Wildheart dijo “El futuro del género [del rock n roll] recae en una base y punto de vista mas practico. El exceso se acabó, los honorarios inflados y el abuso de poder tienen que ser terminados si prejuicio algunos y un futuro más asequible que adopte a bandas y artistas más pequeños. Es el tiempo por algo un poco más realista, yo creo”.

Realista no necesariamente significa inútil o infructuoso. La calidad tiende a elevarse a lo mas alto. Incluso cuando la influencia de los medios tradicionales se disipa, la naturaleza humana significa que queremos que nos gusten las mismas cosas. En su libro Blockbusters, la profesora de negocios de Harvard Anita Elberse señala que “ya que la gente es inherentemente social, ellos generalmente encuentran valor en leer los mismos libros y en ver la misma televisión y películas que el resto”. Piensa sobre un show de TV como Breaking Bad – un show de culto que repentinamente todo el mundo comenzó a ver. En EEUU, su episodio final tuvo 1,2 millones de tweets y 5,5 millones de actualizaciones de Facebook mientras el episodio se transmitía, y la audiencia subió un 300% durante el curso de su ultima temporada. Puede que haya muy poco espacio en el nuevo orden mundial para un “nuevo auge”, pero estamos más conectados ahora de lo que nunca estuvimos antes, y lo queremos compartir. Somos locos de la música. Llevar personar a la buena música es lo que hacemos. Y todo lo que necesitamos es buena música.

“Alguien me preguntó: ‘ Cual crees tu que es el problema con la industria de la música?’” dijo Dave Grohl un par de años atrás. “Yo dije: toma el disco de Adele. Es un disco impresionante. Todo el mundo esta tan espantado de que sea tal fenómeno. Yo no lo estoy. Sabes tu porque ese disco es enorme? Porque es jodidamente bueno y es real.. Imagina si todos los discos fueran asi de buenos. Tu crees que solo uno de ellos se vendería? Mierda No! Todos ellos lo harían. Si todos los discos fueran asi de buenos el negocio de la música estaría en llamas…”

Dennos la chispa y nosotros encenderemos este lugar.

** Articulo escrito por Scott Rowley,  publicado en la web de  Classic Rock Magazine, el 28.Enero.2014.
Traducido y adaptado para +Rock por @miguelarq.