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Steve Jobs y su admiración por Bob Dylan



Cuando se habla de Steve Jobs, todos lo relacionamos como el creador de Apple, y sus aportes revolucionarios en el área de la computación (Macintosh), películas de animación (Pixar), la música (Ipod, Itunes) o celulares (Iphone); cambiando de manera radical el estilo de vida de todo el mundo.
A través de la biografía realizada por Walter Isaacson (Steve Jobs: La biografía; 2011) se muestra la personalidad difícil y poco convencional de Jobs. La vehemente pasión creativa que colocaba en cada uno de sus productos se combinaba con su afinidad a la cultura zen, al vegetarismo, a su obsesión por la perfección y su falta total de empatía con los demás.
Ahora bien, solo se puede comprender plenamente a este personaje a través de la generación contracultural de los 60’ en Estados Unidos a la que pertenecía y que se representaba tanto en la música contestataria, como en el uso drogas y hackers tecnológicos.
Sin embargo, el principal ícono cultural que guía su forma de actuar es Bob Dylan; siempre manifestando en distintos momentos su idolatría y su gran influencia. En su adolescencia, además de la pasión por los computadores, junto a su amigo Steve Wozniack (co-fundador de Apple) coleccionaban las cintas en vivo de Dylan (Tenían más de cien horas con los conciertos de la gira de 1965 y 1966), compraban folletos con las letras y se quedaban despiertos hasta altas horas de la noche mientras las interpretaban.
¿Pero qué es la principal enseñanza de Dylan hacia Jobs? Sin duda, la idea -de ser un icono anti-sistema capaz de crear e innovar incesantemente. Cuando presentó el Macintosh al público en 1984 citó “The times they are A-changin” de Dylan con las estrofas “porque el que ahora pierde, ganara después”, en clara referencia a su sentido de pertenencia a la generación de los años 60’ y a su supuesto de que se era capaz de cambiar el mundo a través de nuevos productos tecnológicos y trastocar el paradigma orweliano en el cual los computadores socavaban la personalidad de los individuos.

En ese sentido, para Jobs, Bob Dylan es un símbolo de los genios de este mundo, “aquellas personas que -asumen riesgos, desafian el fracaso y apuestan toda su carrera por lograr a cabo sus propósitos convertidos en pasiones”(pág.280). Lo que más le maravillaba de Dylan fue su testarudez por no dejarse conformar con seguir cantando canciones de protesta para toda su vida, con lo que habría ganado mucho más dinero, sino su acto rebelde y desafiante de pasarse a la guitarra eléctrica. Si en sus conciertos de 1966 la gente aclamaba sus canciones con guitarra acústica y abucheaba cuando con su banda empezaba a tocar con instrumentos eléctricos, A Dylan poco les importaba esas recriminaciones cuasi-ideológicas y mantuvo su postura. Jobs siente la necesidad de encarnar a Dylan en su carrera como empresario, manteniéndose siempre en movimiento, sin dejar que el deseo de conseguir dinero sea más fuerte que sus motivaciones artísticas. Su motivación central es la constante búsqueda de nuevas creaciones e innovaciones. Marcarse a fuego con lo que dice Dylan en “It's Alright Ma (I'm Only Bleeding)”: “Si no estás preocupado naciendo, estas preocupado muriendo”
En el anuncio de Apple titulado “Piensa Diferente”, Jobs honra a todos sus ídolos personales como Dylan, Einstein, Lennon, Luther King, Ali, et. Definiendo de este modo a Apple como la única industria tecnológica capaz de ser rebelde innovadores y anti-empresarial, pero más importante aún, dirigida a personas capaces de desafiar los límites del razonamiento, que quiera utilizar los ordenadores para cambiar el mundo y el status quo de las cosas.
Para finalizar es interesante mostrar la voz en off del anuncio de “Piensa Diferente”, ya que deja deja en claro el manifiesto de Jobs y Dylan, dos mentes brillantes en su propias aéreas de creativas: “ Esto es un homenaje a los locos, a los inadaptados, a los rebeldes, a los alborotadores. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el status quo. Puedes citarlos, discrepar con ellos, glorificarlos o vilependiarlos; casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos, porque ellos cambian las cosas. Son los q hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como locos, nosotros los vemos como genios” (pág.281).


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