¿Por qué Los Prisioneros no? ¿Por qué si, alineándome con una columna leída en Rockaxis, Los Prisioneros son los creadores de al menos la mitad de los grandes himnos del rock chileno, son la única banda de rock capaz de llenar dos veces el Estadio Nacional, si con un tema de ellos se iniciaron las transmisiones de MTV Latino, si son permanentemente tributados y venerados, si entre sus filas tienen a EL rockstar chileno? ¿Por qué no penetran en las influencias musicales (directas) de las bandas nacionales que les sucedieron?
Fueron piedra angular del rock chileno, una banda con posición política clara en momentos en que era difícil ser masivo y de izquierda a la vez. Eran una banda de composiciones directas y poco sofisticadas (aunque escuchen ese bajo, por favor), un grupo con calle, sin apellido de papá y sin abuso de metáforas. Simplemente una banda de rock de masas. Pero de rock. Y todo eso el rockero chileno lo tiene claro, lo aplaude y lo tributa, pero el asunto es que esa línea musical, la que mezclaba las guitarras rockabillies, teclados y sintetizadores, la que cruza punk y baile (tal como The Clash y otros punkies hicieron en la década de los '80), no tuvo ni ha tenido muchos “delfines” en nuestro país.Da la impresión que acá prefieren la buena ejecución de los instrumentos, las bonitas armonías vocales, las melodías melosas, los barrocos arreglos con instrumentos folclóricos, la complejidad, rapidez y virtuosismo de las guitarras, las incomprensibles metáforas, el camino difícil y menos directo para decir las cosas. Ese es el estilo chileno y Los Prisioneros están fuera de todo eso, a pesar de que se reconozca a Jorge González como un monstruo de la composición.
Al rockero chileno (al ejecutor y al público), le gusta además el discurso moderado, 'concerta', sin herir muchas susceptibilidades, los cánticos contra el dictador que teniéndolo 500 metros bajo tierra poco y nada de sentido tienen, el verso 'suavecito' y superficial contra la desigualdad, pero siempre cuidando no ser desmesurado, no pasarse de la raya, no irse 'en la volá', no botar los micrófonos… Jorge González es mucha tontera y poca mesura, y a los chilenos nos encanta la mesura.
Uno de los pocos grupos actuales que he escuchado tomar influencias musicales directas del trío sanmiguelino son los Tío Lucho, en su nueva faceta de punk bailable. Imagínense a Los Prisioneros un poquito más cuicos, con discurso “contestatario” sobre la globalización, más elaborados en la ejecución y cambiando de Carlos en la producción (Fonseca por Cabezas), pero manteniendo esa onda rockabilly bailable, entretenida, de melodía fácil. En Lo Que Ahora Brilla Putrefacto Quedará…” (2007), los sintetizadores, el rockabilly y las tornamesas tienen el sello prisionero, recordando frecuente y particularmente a ese tremendo disco llamado La Cultura De La Basura (1987), con temas en onda 'Somos Sólo Ruido' y la misma 'La Cultura De La Basura'. Es cosa de escuchar la fórmula que se repite en composiciones como 'Ni El Martillo De Tor Podrá Salvarlos', 'Inhale' o el single 'Desperdicio (Música Para Bailar)'. 'En Tu Contra' incluso tiene un claro guiño al bajo de ese himno de los '80 llamado 'No Necesitamos Banderas'.(*) Artículo publicado originalmente el 24.10.2010 por Felipe Godoy
Columnista +Rock








Probablemente el "obligarse a no mirar atrás sino para adelante", pregonado hasta el hartazgo por la derecha, especialmente como recurso fácil para no hacerse cargo de todo eso de lo que nunca se harán cargo, ha calado en la sagrada rebeldía rockera chilensis.
Es lamentable el desapego, pero hay que ser cuidadoso en no establecer como un deber el tener que tributar de una forma u otra a Los Prisioneros.
Finalmente, decir que creo que es "ondero" citar a Violeta, a Víctor, y a algunos pocos otros, y ese es el negocio del "neo-folk" sobretodo.
Gran columna, felicitaciones!