Es difícil encontrar una combinación tan perfecta entre fútbol y rock, mezclando la pasión inexplicable que ambas maravillas de la era moderna pueden entregar. Este es el caso del Sankt Pauli (o FC St. Pauli), equipo que actualmente juega en la segunda división de la Bundesliga (liga alemana), y que sale a la cancha acompañado por el sonido ensordecedor de las guitarras de 'Hell’s Bells' de AC/DC estallando por los parlantes al inicio de cada encuentro. Pero no solo los riff de Angus Young son los que llenan de rock el estadio de los alemanes. Cada vez que el equipo marca un gol, suena la inigualable 'Song 2' de los británicos Blur, provocando el delirio de sus hinchas.
Nacido en 1910, pero con tan sólo siete temporadas en la Bundesliga, el Sankt Pauli es oriundo del barrio rojo de Hamburgo y es el fiel reflejo de una hinchada y una localidad que propone una forma de ver el fútbol -y a la vida misma- totalmente fuera de las reglas capitalistas que dominan el mercado del deporte. Fundado por los sectores más pobres de la ciudad teutona, se han declarado públicamente como antifascistas, antiracistas, antisexistas y antihomófobos. Su Presidente, Corny Littmann, es uno de los fundadores del Partido Verde, conocido activista homosexual, destacado empresario teatral alternativo y ferviente fanático del equipo, cuya devoción por los Kiezkicker queda demostrada cada fecha, cuando el Millerntor-Stadion se llena con los 15.000 incondicionales hinchas que han seguido ciegamente a su equipo por la segunda y tercera división alemana. Hinchada compuesta en su mayoría por prostitutas, okupas, punks, homosexuales, artistas y clase trabajadora, engalanando el escenario con banderas piratas, símbolos antifascistas y de izquierda.
También resulta interesante el rol que ha tenido el punk en el club, ya que fueron éstos quienes introdujeron la bandera pirata como símbolo de la lucha contra el capitalismo. Desde ese momento, la calavera con las tibias cruzadas se convertiría en el emblema no oficial del equipo, siendo utilizada por todos los hinchas e, incluso, en los banderines del córner.
Son estas razones que hacen que el St Pauli convierta al fútbol en una auténtica expresión del rock y siendo la música usada como bandera de lucha a favor de ese fútbol de barrio y de esa pasión que ninguna sociedad anónima puede eliminar.
(*) Artículo publicado originalmente el 14.03.2010
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